EN QUÉ PUEDE AYUDARNOS LA FILOSOFÍA PRÁCTICA EN NUESTRAS VIDAS

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La Filosofía Práctica se acerca a la vida a pié de obra, allí donde los seres humanos han de forjar la propia experiencia y construir el puzzle de su existencia, de dimensiones y características desconocidas de antemano, con sus retos, proyectos, expectativas, y también frustraciones.

El uso práctico de la Filosofía no puede prometer certezas ni fomentar la ilusión de construir soluciones definitivas respecto a las dificultades y problemas que, en el camino de la vida, el ser humano ha de afrontar. Sin embargo, la Filosofía sí puede entrenar a las personas, de forma realista, en el acercamiento y posible consecución de algunos objetivos importantes para la interacción con la vida. Su rango de aplicación se puede proyectar desde el individuo hasta el ámbito institucional y corporativo. Se señalan a continuación algunos ejemplos:

  1. Generar confianza en uno mismo.
  2. Discriminar y analizar problemas y situaciones.
  3. Reflexionar y entrenar el equilibrio de sentimientos, emociones y pulsiones.
  4. Percibir la transformación interna y externa de la persona como un proceso natural en el que cada etapa aporta un valor a la vida.
  5. Aprender a potenciar las capacidades propias y fortalecer nuestro interior frente a la angustia, el miedo y la inseguridad, la adversidad, la decepción, el cansancio vital y, en particular, el dolor y el sufrimiento, entre otros factores.
  6. Modular la interacción con las demás personas y el entorno en los diferentes dominios de la esfera social.
  7. Distinguir criterios (éticos, pragmáticos...) para tomar decisiones que son fuente de preocupación.
  8. Entrenar la empatía y la capacidad de interpretación de mensajes en diferentes registros, permitiendo que la subjetividad no constituya un freno para razonar sobre un problema o situación.
  9. Ensayar la superación de etapas, y la reconciliación y el perdón cuando sea posible.
  10. Convivir, en lo posible, sin angustia con la incertidumbre.

Vivir es un proceso complejo para cuya comprensión nuestra conciencia, quizá, precise aún un ulterior desarrollo. La trayectoria hacia el interior de uno mismo no parece tener rutas preestablecidas que sean válidas para el conjunto de los seres humanos; sin embargo, sí puede encontrar vías alternativas que obstaculicen la llegada a destino, es decir, a la dimensión más cercana a lo que cada uno es, proyecta ser o, incluso, rechaza ser. En cierto modo, la mente de las personas opera con una base biológica que es probable que evolutivamente esté más adaptada para percibir estímulos y procesos externos. Pero el ser humano es espectador al tiempo que actor en la película de la vida, y ello no facilita precisamente una observación privilegiada de la existencia, por mucho que la mente genere con frecuencia la posible ilusión de que es capaz de construir una representación veraz y precisa de una observación de tal naturaleza.

La humanidad ha recorrido un camino meritorio, de búsqueda y creación, en la esfera del pensamiento. El esfuerzo, la constancia, el afán por conocer ha ido generando ideas, herramientas y procedimientos muy valiosos para intentar captar y comprender aquello que, incluso pudiendo estar a años luz de nuestro punto de observación e interacción, sin embargo puede influir en el devenir puntual del individuo particular, en muchos casos de forma difícil de imaginar y predecir. Mientras vivimos merece la pena intentar mejorar nuestra condición vital y aproximar nuestra "galaxia interior" a nuestro yo, pues ello puede facilitar la percepción y análisis de lo que nos rodea y, en paralelo, el diálogo con el yo que llevamos dentro.


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María Luisa Marquina San Miguel
Última modificación: 24/11/2013

Madrid, ESPAÑA